top of page
Search

Salud mental, matrimonio y divorcio en Carolina del Norte


Condiciones para contraer matrimonio


La legislación de Carolina del Norte exige tres condiciones básicas para que un matrimonio sea válido: ambas partes deben ser suficientemente mayores, no deben estar emparentadas en primer grado y deben tener capacidad y la intención de formar un contrato matrimonial. La edad mínima general es de 18 años, aunque la ley contempla excepciones en casos muy específicos. Además, las parejas que sean familiares cercanos (primos hermanos o más próximos) no pueden casarse y, al ser el matrimonio un contrato, ambas partes deben tener la capacidad mínima para celebrar un acuerdo legal, como la que se requiere al comprar una casa o un vehículolaw.justia.com.



Requisitos para divorciarse



Carolina del Norte es un estado de divorcio sin culpa. Para solicitar un divorcio absoluto, ninguna de las partes necesita demostrar que la otra cometió una infracción; basta con que hayan vivido separadas durante al menos un año. La ley establece que el matrimonio puede disolverse cuando los cónyuges han vivido separados y apartados durante un año y al menos uno de ellos ha residido en Carolina del Norte durante seis meses. Ese año de separación debe ser en domicilios distintos; no basta con habitar habitaciones separadas en la misma- Encuentros sexuales aislados no reinician el periodo de separaciónl



Existe una vía alternativa, poco frecuente, para divorciarse denominada “insania incurable”. Para que un cónyuge invoque esta causa debe demostrar que su pareja padece una enfermedad mental incurable que los obligó a vivir separados durante más de tres años. La ley exige testimonios médicos especializados y que la persona con la enfermedad haya estado bajo tratamiento institucional durante ese periodo. Debido a estos requisitos y a que el periodo de separación triplica el exigido en un divorcio sin culpa, la mayoría de las parejas opta por la vía estándar de separacion.



Salud mental e impacto en el matrimonio

Las condiciones de salud mental son muy diversas y pueden influir de maneras distintas en las relaciones. Trastornos como el trastorno bipolar, la depresión o los trastornos alimentarios tienen manifestaciones y necesidades distintas. No todas las parejas están igual de preparadas para apoyar a un cónyuge neurodivergente; de hecho, muchos problemas surgen cuando el trastorno no está diagnosticado y ninguno de los dos sabe cómo afrontarlo. Animar al cónyuge a acudir a un profesional, informarse sobre el diagnóstico y promover tratamientos (psicoterapia, medicación o estrategias de afrontamiento) ayuda a aliviar la tensión en la relación. También es importante evitar diagnosticar al otro sin tener formación; ver comportamientos narcisistas o adicciones donde no existen solo incrementa el conflicto.



Efectos del divorcio en la salud mental y física

Un divorcio suele generar estrés, ansiedad y sentimientos de pérdida. Investigaciones longitudinales muestran que las personas divorciadas o viudas presentan 20 % más enfermedades crónicas (como problemas cardíacos, diabetes o cáncer) y 23 % más limitaciones de movilidad que las personas casadas. Además, el divorcio y la separación se han vinculado a niveles más altos de ansiedad, depresión y abuso de alcohol Estos efectos no significan que todas las personas divorciadas sufrirán problemas de salud; estudios posteriores señalan que la mayoría de la gente se adapta bien al divorcio y recupera su bienestar tras los primeros

Para mitigar estos efectos se recomienda practicar autocuidado: reorganizar y despejar espacios en el hogar, realizar ejercicio, retomar aficiones, socializar con amistades sin centrarse en la expareja, meditar o seguir una rutina saludable También se sugiere buscar apoyo de grupos de ayuda y profesionales de la salud mental, quienes pueden orientar en la gestión de emociones, sugerir tratamientos y, si es necesario, recetar medicamentos



ree

Amate a ti mismo primero


Consideraciones legales especiales cuando hay enfermedades mentales


Capacidad y tutela


Si una enfermedad mental grave merma la capacidad de un cónyuge para comprender el proceso de divorcio, un tribunal puede nombrar un tutor ad litem que represente sus intereses en la demanda. Este tutor se encarga de recibir y aceptar la notificación legal en nombre de la persona con discapacidad. En los casos de insania incurable, la ley obliga al cónyuge “sano” a probar la enfermedad con el testimonio de dos médicos (uno de ellos, psiquiatra de la institución donde reside la persona enferma). Además, la separación debe prolongarse tres años



Custodia de hijos

La salud mental influye en las decisiones judiciales sobre custodia. Los jueces valoran múltiples factores y anteponen el bienestar del menor. Aunque las enfermedades mentales pueden afectar la capacidad de un progenitor para cuidar de sus hijos, la presencia de un trastorno no supone por sí sola la pérdida de la custodia. Un tribunal tendrá en cuenta si las dificultades mentales han perjudicado el bienestar del niño (por ejemplo, ausencias prolongadas para tratamiento o comportamientos que provoquen daño físico). Si el trastorno está controlado y el progenitor funciona de manera adecuada, es improbable que reciba un trato desfavorable

Pensión alimentaria y reparto de bienes



El estado de salud física y mental de cada cónyuge es uno de los factores que los tribunales consideran al fijar la pensión alimentaria y la duración del apoyo post‑separación. Otros criterios incluyen la duración del matrimonio, la edad, la capacidad de generar ingresos y las contribuciones de uno al desarrollo profesional del otro Si un cónyuge padece un trastorno mental que limita su capacidad laboral, el juez puede asignarle un porcentaje mayor de bienes o una pensión más prolongada para garantizar su manutención. La ley distingue entre pensión post‑separación, que es temporal, y alimony, que puede extenderse más tiempo o incluso de manera indefinida cuando la persona dependiente es mayor o tiene una discapacidad prolongada



Conclusión

En Carolina del Norte, la ley permite divorciarse aunque uno de los cónyuges tenga una enfermedad mental. La vía más común es el divorcio sin culpa tras un año de separación, mientras que la opción de insania incurable exige una separación de tres años y pruebas médicas más exigentes La salud mental no es motivo automático para perder la custodia ni para impedir el divorcio, pero sí puede afectar la distribución de bienes y la asignación de pensión alimentaria. Cuando una relación atraviesa problemas relacionados con la neurodivergencia, el diagnóstico y el tratamiento adecuados, junto con la educación y la empatía, pueden fortalecer el matrimonio o, en caso de divorcio, aliviar el proceso. Practicar el autocuidado y apoyarse en profesionales de la salud mental durante la separación ayuda a proteger el bienestar emocional y físico de todas las partes involucradas

 
 
 

Comments


Llámenos al 919-907-1321

Abogados autorizados a ejercer únicamente en Carolina del Norte.

©2025 by Divorcio Latino

bottom of page