Sabemos que para muchas familias latinas, entrar en un tribunal puede resultar intimidante, no solo por el proceso legal, sino también por las barreras lingüísticas, las diferencias culturales y el miedo a ser malinterpretados. Hemos visto a padres dudar en luchar por la custodia de sus hijos por desconocimiento de sus derechos, parejas que permanecen en matrimonios infelices por inseguridad en el proceso legal, y a inmigrantes que se sienten perdidos al enfrentarse a un sistema que no siempre habla su idioma.

Desde el principio, apoyamos a los padres latinos que luchaban por la custodia de sus hijos, guiando a las familias en divorcios que a menudo incluían no solo la custodia, sino también la manutención, la pensión alimenticia y la distribución equitativa de los bienes. Hemos ayudado a los padres en su proceso de legitimación, asegurándonos de que pudieran ser reconocidos legalmente en los certificados de nacimiento de sus hijos. Hemos apoyado a las madres que buscaban la terminación de la patria potestad para proteger a sus hijos de situaciones inseguras, y hemos apoyado a las víctimas de abuso para obtener órdenes de protección contra la violencia doméstica que les devolvieron la seguridad y la tranquilidad.